Artículos

Somos una organización que promueve

una niñez y adolescencia segura y sana

Conoce más sobre nuestro trabajo

Haz click aquí

¿Cómo se relaciona la depresión con una baja autoestima?

Edad sugerida: 12 años +

¿Qué implica tener una baja autoestima?

La autoestima es la valoración positiva o negativa que hacemos de nuestras características, pueden ser de manera general y en diferentes áreas, como en el colegio, en nuestras familias, con amigas/os y más. Por el mismo hecho que podemos hacer valoraciones de manera global o por cada área, nos puede resultar difícil saber si tenemos una baja autoestima.

Cuando tenemos una baja autoestima solemos tener estas actitudes:

  • Nos volvemos muy sensibles a las opiniones y a las críticas de los demás. Por lo tanto, nos podemos sentir atacadas/os, dolidas/os y tenemos resentimientos hacia otros.
  • Altos niveles de irritabilidad.
  • Podemos ser muy críticas/os con nosotras/os mismas/os, lo cual nos hace tener una sensación de insatisfacción con lo que hacemos y con quiénes somos.
  • Nos cuesta mucho tomar decisiones y parecemos ser indecisas/os, por temor equivocarnos.
  • Perseguimos la idea del perfeccionismo, tratamos de hacer todo a la perfección. Cuando no logramos cumplir estas expectativas hay muchos sentimientos de frustración y decepción.
  • Hay una tendencia a exagerar el impacto que tienen nuestros errores y nos cuesta perdonarnos por ellos.
  • Necesitamos complacer a los demás y nos dificulta mucho poder decir que no por miedo a perder amigas/os u otras relaciones.
  • Tenemos una tendencia a vernos a nosotras/os mismas/os, nuestro presente y futuro de manera negativa, como si todo nos fuese a salir mal.

¿Qué es la depresión?

La depresión es un estado de tristeza permanente y va acompañado de una falta de placer en actividades que nos solían dar emociones positivas. Por ejemplo, que ya no sientas la misma alegría que te daba jugar con tu mascota como antes. La depresión afecta la manera en la que pensamos, las emociones que sentimos, cómo nos comportamos y cómo reacciona nuestro cuerpo. Con frecuencia, este estado de ánimo afecta nuestras relaciones, nuestro rendimiento académico y las decisiones que tomamos (consumo de drogas y alcohol, relaciones sexuales, nuestra relación con la comida, etc.).

Una persona que tiene depresión usualmente tiene emociones como tristeza, irritabilidad y aburrimiento. Además, puede pensar que todo lo malo que pasa es su culpa y que los demás la rechazan. Usualmente, piensa de manera negativa de sí misma (pensamientos de que es inútil), del presente que está viviendo y de cómo será el futuro. También tiene pensamientos sobre hacerse daño. Por ejemplo, alguien con depresión puede pensar que es su culpa que no tiene amigas/os, ya que cree que no es lo suficientemente buena/o, divertida/o y sociable. Esto hace que, actualmente, se sienta muy sola/o, triste y culpable, y piense que se sentirá así en el futuro también.

Las personas que tienen depresión tienen dificultades para poder controlar su llanto. Pueden tener reacciones violentas, hacia los demás y hacia sí mismos; comportarse de manera arriesgada y aislarse. A veces tienen problemas para concentrarse y sufren cambios en el apetito y en el sueño. Por ejemplo, puede que estas personas tengan problemas en el colegio porque les cuesta prestar atención y tienen mucho sueño en clase.

Puede que en muchos momentos te hayas sentido así, pero es importante darnos cuenta que es completamente normal sentir tristeza, irritabilidad y tener pensamientos negativos de vez en cuando, en especial si estás pasando por una situación difícil. Eso no significa que tengas depresión, estamos acostumbrados a pensar que no deberíamos sentirnos mal nunca y ¡no es así!, son reacciones que compartimos todas/os y podemos aprender mucho de ellas. Las emociones “negativas” no tienen que ser nuestras enemigas, si bien no nos gustan mucho, podemos aprender a quererlas, ya que no van a estar con nosotros/as para siempre y nos permiten valorar aún más lo que es importante para nosotros/as.

Sin embargo, si tienes algunas de estas creencias, sentimientos o síntomas físicos de manera muy intensa, la mayor parte del tiempo, por muchas semanas y te es difícil llevar tu vida normal, es importante que lo compartas con una persona adulta de confianza y juntas/os busquen ayuda profesional.