El himen es una porción de piel muy finita y flexible que se encuentra en la entrada de la vagina.

Ha sido asociado culturalmente con la “virginidad”, siendo considerada virgen la persona que aún conserva el himen “intacto” ya que se rompería con la primera penetración.
Esta concepción de la virginidad aún sigue siendo muy fuerte en nuestra sociedad y en el mundo entero, especialmente en algunas culturas y religiones como la musulmana.
Sin embargo, esta idea se encuentra MUY alejada de la realidad.

Primero que nada, hay distintos tipos de himen. La mayoría de ellos solo cubre una parte de la vagina y tiene orificios que permiten la salida del sangrado menstrual. ¡Puede tener distintos tamaños, grosores y formas!

Sólo en algunos casos el himen cubre completamente la entrada de la vagina y se presenta rígido y poco flexible. Su principal función sería proteger a la vagina de posibles infecciones pero, en la pubertad, cuando la vagina genera su propia flora vaginal protectora y con el crecimiento de los vellos púbicos que la protegen, el himen ya no sería necesario.  En el caso de un himen grueso, puede suceder que se rompa y sangre la primera vez cuando haya sexo penetrativo (pene-vagina). Si el himen es más flexible, eso no necesariamente sucedería.

Además, el himen puede romperse de muchas otras formas, como simplemente ¡andando en bicicleta, al insertar un tampón o usando la copa menstrual!

De esta manera, el concepto de “Virginidad” usualmente utilizado ¡NO es real! Como tampoco que la primera vez que se tiene sexo penetrativo (pene-vagina) haya sangrado. Incluso, el sangrado puede suceder por falta de lubricación adecuada y por ende algún tipo de herida en las paredes vaginales.

Escrito por:

María del Mar Chiglino Lorente.
Licenciada en Psicología UdelaR, Uruguay.
Estudiante de Educación Sexual Integral.