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Sexualidad y diversidad funcional

Edad sugerida: 16 años +

  1. En el mundo, se estima que el 15% de la población presenta algún tipo de diversidad o excepcionalidad, conocidas anteriormente como discapacidades. Dichas diversidades pueden ser visuales, auditivas, psíquicas y/o motoras.

Específicamente, las personas con diversidad motora o funcional presentan una disminución total o parcial de uno o más miembros del cuerpo. La cual, les dificulta realizar algunas actividades: controlar y coordinar los movimientos, alcanzar algunos objetos, tener fuerza, etc.

Cada 3 de diciembre se celebra el Día de las Personas con Discapacidad, con la finalidad de visibilizar a dicho grupo y garantizar su participación plena e igualitaria en la sociedad. No obstante, los principales obstáculos son el estigma y la discriminación que existe hacia dicho grupo.

En nuestra sociedad aún resulta difícil aceptar que las personas con excepcionalidades tienen sexo. Esta idea es irracional, ya que estaría negando la sexualidad del 15% de la población, es decir, millones de personas. Además, debemos tener en cuenta que ninguna persona esta exenta de presentar alguna discapacidad en algún momento de su vida, por un accidente, una enfermedad o el propio envejecimiento.

Sexualidad y diversidad funcional

Existe una tendencia por infantilizar a las personas con excepcionalidades. Por lo tanto, «se les protege» del mundo de los adultos, que incluye al sexo. Lo cierto es que muchos adultos con excepcionalidades sí presentan interés por las relaciones sexuales, como cualquier otra persona de su edad. No obstante, no ha tenido acceso a una educación sexual pertinente en la que se le de tanta importancia al cuidado como al placer.

Todas las personas tienen el derecho de disfrutar su sexualidad. Teniendo en cuenta que la sexualidad es mucho más amplia que la penetración y el orgasmo. Algunas personas con diversidad funcional podrían tener dificultades para tener una erección o eyacular, pero eso no significa que no puedan disfrutar de su sexualidad. Los besos, las caricias y otros acercamientos también son formas de disfrutar de una sexualidad plena.

Las personas con diversidad funcional pueden jugar con su imaginación para disfrutar de su sexualidad. Si tienen movilidad reducida, pueden apoyarse de la silla de ruedas para probar distintos acercamientos en pareja. También, pueden experimentar con el sexo oral o algún juguete erótico. Es aquí donde la creatividad tendrá un gran peso.

Para recordar:

Las personas con excepcionalidades tienen el derecho de vivir autónomamente y tomar decisiones informadas, incluyendo en el ámbito de la sexualidad. Si conocemos a alguna persona con diversidad funcional, es nuestro deber acercarla a una Educación Sexual Integral. Si somos una persona con diversidad funcional, debemos exigirla como parte de nuestros derechos.

Escrito por:

Isabela Reyes Gonzales
Estudiante de Psicología de la Universidad de Lima.