Acoso callejero se entiende como «un conjunto de prácticas cotidianas como frases, gestos, silbidos, sonidos de besos, tocamientos, masturbación pública, exhibicionismo, seguimientos a pie o en auto que tienen connotación sexual evidente«.

Es por eso que el acoso callejero es considerado violencia al ser un acto no deseado que genera:

• Temor a transitar por las calles
• Evitar ciertas zonas que se consideran inseguras
• Gastos extras para poder transportarse en transporte privado
• El querer estar acompañadas por algún hombre a quien le tienen confianza para que les den compañia y protección en lugares considerados inseguros.

En la mayoría de los casos, el acoso callejero es realizado por hombres. Según el Instituto de Opinión Pública (IOP) de la PUCP, a nivel nacional, las mujeres han sido o son acosadas constantemente. Y esto es sumamente alarmante y preocupante.

Cuestiónate.

No es normal pensar que los hombres simplemente “actúan así porque son hombres” y que «los chicos serán chicos». No normalicemos que los hombres sientan que tienen el derecho sobre el cuerpo de una mujer o de una niña en la calle, en la escuela o en su casa. Por más que lo veamos constantemente en los diarios de noticias o en la televisión, no se debe asumir como algo normal.

Lamentablemente, el acoso sexual callejero es culturalmente aceptado, tanto por hombres como por mujeres. Existen mujeres que dirán que no deberían ir con escotes o faldas apretadas por las calles porque algo les podría pasar, sin embargo, esto es una manifestación del machismo que conlleva al acoso callejero. Y tristemente, muchas mujeres han llegado a hacer caso a estos comentarios sobre la ropa y no salir solas por temor a que les pase algo.

Asimismo, los hombres asumen que es su derecho dirigirse de esa forma a las mujeres y no ven el acaso callejero cómo violencia. Muy rara vez se ve a una mujer defenderse ante una situación de acoso callejero porque es tomarse un riesgo que le puede costar la vida.

Formas más comunes de acoso callejero son:

• Hacer comentarios indeseados, gestos, miradas, bromas o comentarios verbales sugestivos o sexuales
• Tocar, pellizcar, agarrar partes del cuerpo
• Ser acorralada/o
• Hacer proposiciones sexuales
• Quitarse la ropa a si misma/o
• Intento de violación

Sin lugar a dudas, estas formas amenazan la autoestima y afecta la identidad de cada persona. Y es por eso que queremos invitar a todas/os a ser parte del cambio, manteniendose a salvo. Tomemos acción. No hay que quedarnos calladas/os y/o mirar hacia otro lado. Apoyemos a la víctima a identificar al agresor y denunciarlo.

Escrito por:

Deborah Kern

Bachiller en Comunicación para el Desarrollo por la Pontificia Universidad Católica del Perú

Actualizado por Equipo Juntas: agosto, 2022