¿Qué es la prostitución?

La prostitución es una actividad a la que se dedica una persona que ofrece tener relaciones sexuales o actividad sexual con otras personas a cambio de dinero. Las personas que ejercen la prostitución también son conocidas como trabajadores sexuales y debe ser un oficio voluntario.

La prostitución es considerada como una actividad legal entre personas adultas. Sin embargo, no se la reconoce como una actividad formal ya que no encaja dentro de los trabajos tradicionales. La prostitución es legal, si se realiza por voluntad propia, es consentida por ambas partes y si la persona que lo realiza recibe todas las ganancias.

¿Qué es el proxenetismo?

Lo que es delito, es el proxenetismo. El proxenetismo es la explotación sexual de una persona para obtener dinero. Es decir, cuando una persona obliga o amenaza a otra para que esta se prostituya. Asimismo, los o las proxenetas se quedan con la totalidad o una parte del dinero que recibe la persona afectada.

Sin importar cómo una persona se refiere a un trabajo de naturaleza sexual, debemos respetar su decisión y debemos evitar lenguaje que pueda hacer que se sienta mal.

En el Perú, existen prostíbulos formales que ofrecen a las o los trabajadoras/es sexuales un espacio seguro y legal donde realizar sus labores. Estos espacios pagan impuestos y están sujetos a inspecciones policiales donde determinan si se están cumpliendo las leyes o no. La regulación también viene por parte de las instituciones estatales: municipalidades, Ministerio del Trabajo y Ministerio de Salud. Esto parece contradictorio, ya que como se mencionó anteriormente, la prostitución no es un trabajo formal (aunque se pueda realizar en espacios que sí lo son); por lo que, lamentablemente, las trabajadoras sexuales no tienen derechos laborales (Gorenstein, 2013)

Trabajadores sexuales

Las o los trabajadoras/es sexuales deben ser mayores de edad, es decir que deben tener 18 años o más, y deben estar registradas/os por las autoridades locales. No obstante, hay algunos o algunas que ejercen su trabajo fuera de burdeles legales, lo cual los pone en riesgo, ya que no cuentan con espacios seguros ni con certificados de salud.

Recordemos, las personas que ejercen la prostitución, la mayoría de veces lo hacen por voluntad propia y vocación, por ende, debemos respetar la profesión que han elegido. Sin embargo, lo que sí debemos castigar es el proxenetismo.