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¿Qué es la ansiedad?

Edad sugerida: 12 años +

Solemos sentir ansiedad por muchos motivos. No siempre lo que nos da ansiedad a nosotras/os, le va a causar ansiedad a otras personas, la mayoría de las veces está relacionado a perder el control.

Por ello, un gran primer paso para manejar la ansiedad es ACEPTAR que hay algunas cosas que no podemos cambiar.

¿Qué cosas no podemos controlar?
 El futuro.

El tiempo.

Las decisiones de los demás.

Las emociones y pensamientos de otros.

Cómo actúan los demás.

Las opiniones de los demás.

La ansiedad es un estado psicológico donde se experimentan sentimientos de preocupación fuera de lo normal. Generalmente surge a raíz de un miedo irracional que muchas veces no somos capaces de identificar. La ansiedad puede ser buena y nos puede ayudar mucho a mantenernos seguras/os en situaciones de riesgo. Esto ocurre porque la activación que genera la ansiedad, rescata nuestro sentido de supervivencia. Sin embargo, sentir más ansiedad de la debida y no saber cómo manejarla, nos puede afectar mucho.

Si tenemos ansiedad, lo síntomas que podemos identificar son: impedimento para poder pensar de manera clara, aparición de pensamientos negativos o intrusivos y dificultad para atender y concentrarnos. También existen síntomas físicos; podemos experimentar más sudoración, palpitaciones rápidas, presión en el pecho, sensaciones incómodas en el estómago, dolores de cabeza y contracturas musculares.

Entonces, ¿Qué podemos hacer para manejar la ansiedad?

  1. Reconocer lo que estamos sintiendo: esto implica aceptar que estamos sintiendo ansiedad y no luchar contra ella. Luchar contra la ansiedad o nuestras emociones puede ser como luchar contra el clima. A veces, solo tenemos que aceptarla y reconocer que es pasajera.
  2. Expresa tus emociones y preocupaciones con alguien de confianza que sepa escucharte y entenderte: puede ser tus padres, tu amiga/o, tu hermana/o, u algún profesional de la salud mental.
  3. Enfocarnos en lo que podemos controlar:
¿Qué podemos controlar?
La atención que le damos a nuestros pensamientos. ¡Trata de enfocarte más en aquellos que traigan bienestar!

La manera en la que expreso o comunico mis emociones.

Cómo me trato a mi misma/o.

Cómo actúo y cómo reacciono a lo que sucede a mi alrededor.

La manera en la que interpreto las cosas.

  1. Hacer ejercicios de respiración: Busca una posición cómoda en la que tu espalda se mantenga derecha. Pon tus manos en tu abdomen o en tus piernas e inhala por 4 segundos. La idea es que tu estómago se empiece a inflar, como si fuera un globo. Sostén el aire por unos 8 segundos y luego exhala por 4 segundos, notarás cómo tu estómago se desinfla. Repite este ejercicio unas 3 veces.
  2. Hacer ejercicio físico: Trata de mover tu cuerpo con alguna actividad que disfrutes.. Entre 15 y 30 minutos diarios serán suficientes para generar un estado de bienestar.
  3. Trata de mejorar tus hábitos de sueño. Para ello, te puede ayudar dejar cualquier tipo de aparato electrónico al menos 30 minutos antes de acostarte.
  4. Opta por una dieta basada en el consumo de frutas, verduras, menestras, proteínas y granos integrales, te permitirá obtener energía a largo plazo

En muchas circunstancias la ansiedad puede parecer lo peor que nos ha pasado. Pero, es una emoción válida como cualquier otra, que incluso nos ha permitido actuar y sobrevivir en situaciones de peligro. Lo más probable es que la ansiedad nunca se vaya por completo, pero sí podemos aprender a vivir con ella y contar con herramientas para regular la intensidad con la que se presenta.

¿Cuándo buscar ayuda profesional?

La ansiedad es una experiencia emocional igual de válida que cualquier otra. Seguramente, alguna vez la ansiedad te ha ayudado a realizar rápidamente alguna tarea con fecha próxima de vencimiento. No obstante, cuando sentimos ansiedad de forma desproporcionada a la situación o sentimos que los síntomas físicos y los pensamientos negativos interfieren en nuestro desempeño familiar, amical, académico y/o laboral, es importante que busquemos ayuda profesional.

Para ello, podemos comunicar cómo nos sentimos con un adulto de confianza, que nos acerque a algún profesional de la salud que nos ayude de la mejor manera. También, podemos comunicarnos con JUNTAS y recibir información al respecto.